El verano está llegando a su fin así que nos toca volver a casa, al trabajo, a los madrugones, a las tardes más cortas...Espero que este verano haya servido para que nuestr@s niñ@s se relajen, se diviertan y hayan podido olvidarse de los horarios impuestos. Ojalá, les hayamos permitido reencontrarse con sus ritmos internos, se hayan podido conectar con la naturaleza, olvidarse de los relojes y comer, dormir, jugar y saltar a su antojo. Pero el otoño se va acercando y para los adultos la rutina obliga a volver a la dictadura de los horarios y las prisas. ¿Cómo ayudamos a nuestr@s hij@s para que esta vuelta no sea estresante? En mi opinión, l@s niñ@s se regularían solos sin la necesidad de la intervención de los padres, ya que como habréis apreciado, las tardes ya son más cortas y empieza a anochecer antes. Las hormonas que regulan el sueño, se ajustan a la luz solar y van regulándose conforme anochece. Así, que hiciéramos lo que hiciéramos, los niños progresivamente, conforme a los ciclos naturales, se irían acostando antes (eso sí, es importante que puedan estar en contacto con la naturaleza y no encerrados en casas bajo las luces artificiales). Del mismo modo, a nosotros los adultos, también nos asoma el sueño cada vez un poco antes. Quizá, a penas lo percibimos, pero estoy convencida que si nos dejamos guiar por nuestros ritmos biológicos, al menos nos dormiremos entre 15minutos y media hora antes que a primeros de agosto.
¿Qué ocurre cuando intentamos forzar los horarios y empezamos a adelantarlos? Pues que por lo general, en casa hay más tensión, más prisas y menos disfrute y al final, a penas hemos logrado adelantar nuestros ritmos media hora. Igual pasaría si dejáramos actuar a la adaptación natural.
Todo en casa se va modificando; tal vez con cambios poco perceptibles: anochece sobre las 9.30h, así que seguro ya no estamos bañandonos en la piscina hasta las 10h. Lo más probable es que empecemos a salirnos antes del agua y la cena será también una media hora o 15 minutos antes, y el cuento, y cómo no, el sueño también....Así es cómo nuestros ritmos se van adecuando a la noche y al día, como lo hace todo la Madre Naturaleza, sin prisas y de forma progresiva. Y así es como yo pienso, que deberíamos hacerlo con nuestr@s niñ@s, poco a poco y de forma natural. Es probable que los primeros días estén más cansados, pero si se lo permitimos, se adaptaran y regularan sin mayores dificultades. A mí no se me ocurriría decirle a ningún adulto:" Oye, la semana que viene tienes que levantarte a las 7.30h para ir a trabajar, así que será mejor que para ir acostumbrándote, en lugar de aprovechar tus últimos dias de vacaciones a tu aire, creo que deberías ir levantándote a esa hora para que no te pillen después por sorpresa los horarios, ¿qué me dices?" Y vosotr@s, ¿cómo lo hacéis en casa?
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