Mi hija pequeña tiene ahora 2 años y 10 meses y no va a la guardería. Está en casa con nosotros y cuando algún día no podemos ocuparnos de ella, contamos con la presencia y disponibilidad, siempre amorosa, de su abuela, con la que Noa se queda encantada y nosotros también. Creo que la decisión de no llevarla a ningún centro infantil ha sido una de las mejores decisiones que hemos tomado con respecto a la crianza de nuestras hijas. En primer lugar, porque tenemos la certeza de que ellas no lo necesitan; los niños al menos hasta los 3 años, lo que necesitan es estar con su familia. Eso no significa, como piensan muchos, que los tengamos aislados y no se relacionen con otros niñ@s.Es más, en nuestro caso, mis hijas siempre están rodeadas de amigos: en el parque, en el barrio, en nuestra casa, en la casa de ellos, etc.
Y no estaría mal, que fueran a un centro infantil, si éstos estuvieran pensados para las necesidades de los niños; si pudiéramos acompañarlos los padres y estar presentes en sus jornadas; si fueran menos estructurados, flexibles en los horarios, sin fichas ni actividades dirigidas;si respetaran los ritmos individuales de cada niño; si no les forzaran a quitarse el pañal; si no les llevaran a la "silla de pensar"; si no les pusieran fichas, pegatinas o caras tristes y contentas según su comportamiento. Si todo ésto, no fuera así, la idea de tener un espacio educativo y relacional para los niños, no estaría mal.
Pero sé también, que muchos padres y madres estarán pensando que para ellos es imposible no llevarlos por motivos laborales. Y sé que en algún porcentaje será así; pero no siempre. Yo misma, antes de ser madre, trabajaba en tres empresas diferentes, con horarios maratonianos y llegando a casa bastante tarde. Y a mí también me parecía imposible poder prescindir de ninguno de mis trabajos. Pero nació mi primera hija y afortunadamente, puso las cosas en su sitio y yo prescindí de 2 trabajos, quedándome sólo con mi trabajo en la consulta. Aquello que no podía ser unos meses antes, fue. Y nos tuvimos que readaptar, y la economía del hogar se resintió, claro. Pero los beneficios familiares fueron mucho mayores.
Con mi hija pequeña, ya todo era más claro y mi tendencia fue reducir al máximo mi jornada laboral (y con eso se redujo mi sueldo también, por supuesto) pero tampoco pasó nada. Y nos volvimos a adaptar y cada día tenemos más claro que es cuestión de prioridades y que la familia puede sobrevivir con solo sueldo; que podemos trabajar desde casa; que podemos prescindir de muchas cosas que no son necesarias y que lo que si es necesario es compartir los días con nuestras hijas, verlas crecer y aprender con ellas. Hoy, veía jugar a Noa y me daba cuenta que desde hace unos días muestra un interés enorme por las tijeras y por cortar todo lo que ve a su alcance( papeles, pelos de las muñecas, su propio pelo, el de la perra, el de su hermana...), y la verdad es que no lo hace nada mal, pero de todas formas, observando su necesidad y antes de que se le ocurra "ir a mayores" hemos buscado recursos: unas tijeras adecuadas a su edad ( pero que corten), papeles, lanas, hilos, plastilina, etc. Viéndola cortar y disfrutar, pensaba esta mañana:" ésto me lo estaría perdiendo si estuviera en la guardería..." y he querido compartirlo con vosotros, por si os hace pensar o sentís que también os estáis perdiendo algo..."
