AUTONOMIA

Si nos preguntaran si deseamos que nuestros hijos sean personas autónomas,la mayoría respondería que SI sin dudarlo; pero si nos paramos a reflexionar, ¿realmente contribuimos a ello? ¿y la sociedad?¿Y la escuela?
La autonomía es mucho más que aprender a comer o andar solos o abrocharse los cordones, o ducharse y secarse, o vestirse, etc. Ser autónomos es ser reconocidos como seres completos, respetados. Es ser pensante y tener un pensamiento libre. Es confíar en ellos desde que nacen, en sus capacidades, en sus instintos. Es apoyarlos,observarlos pero no intervenir, ni acelerar y por supuesto, no forzar sus procesos.Es,en cambio, permitirles avanzar.Es respetar su pensamiento, su lógica, es facilitar su entorno para que puedan valerse por sí mismos según cada etapa. Es no responder a todas sus preguntas, sino ayudarlos a crear sus propias conclusiones. Es permitir que decidan, que aprendan a elegir y a descartar, es saberse valiosos, que nos importa su opinión. En definitiva, es permitirles SER LO QUE SON: NIÑ@S.
En general, la falta de autonomía, genera numerosas frustraciones, rabia, impotencia y en muchos casos,conlleva a una sobreprotección excesiva, que limita al niñ@,lo cohibe y le hace desconfiar de sí mismo. Lo convierte en un niñ@ temeroso e inseguro.
Dejemos pues, que los niñ@s experimenten sus propios actos y las consecuencias naturales derivadas de éstos.