lunes, 16 de enero de 2012

LA IMPORTANCIA DE LOS LÍMITES


Tal y como entendemos hoy en día la palabra límite,nos referimos a una coacción o privación de libertad, sobre todo en relación a los niños.
Nos cuesta entender que los límites deben tener la función de definir un espacio, en el que moverse con independencia y libertad y facilite el desarrollo humano.El límite debe contribuir a crear entornos predecibles; esto es lo que aporta seguridad al niño y no el límite en sí mismo. Los límites permiten una convivencia más relajada, tanto para los niños como para los adultos,y ayudan a definir qué podemos esperar del entorno y de las personas que allí se encuentren.
Los límites adecuados ofrecen ayuda a los hij@s y les hace sentirse más seguros. Un límite bien establecido no debe generar sentimientos de rabia por sí mismo.
Sin embargo, hoy en día los adultos tenemos tendencia a abusar de los límites, las normas y en definitiva del control hacia los niños, por eso, antes de poner un límite, deberíamos reflexionar sobre su necesidad o no: " ¿en qué etapa se encuentra mi hijo? ¿ cuáles son sus necesidades reales y qué hago yo, para satisfacerlas? ¿soy realista, soy demasiado estricto? ¿ le permito comportarse como un niño?¿porqué supone un problema para mí?,etc. Si después de nuestra reflexión, nos vemos en la necesidad de establecer los límites, tendremos en cuenta varios factores:
1) Que los límites se ponen sobre los actos, NUNCA sobre deseos ni sentimientos.
2) Que deben ser expresados con claridad, reuniendo información sobre el entorno, la temporalización ( cuando o hasta cuando), las personas ( qué esperamos de ellos en esa situación) y los recursos ( es decir, a quien o a qué materiales puede recurrir).
3) Siempre que sea posible, se adaptará el ambiente preferentemente, antes pedir un cambio de comportamiento a los niños.
4) Los límites no tienen porqué expresarse en negativo; es preferible acompañar el NO PUEDES....con un PERO SI QUIERES, PUEDES....
5) Aceptaremos siempre sus sentimientos, sin enjuiciarlos, sin sermones, sin consejos.
6) Dentro de cada límite, no debemos olvidar que va implícito la libertad de atenerse a él o no, y cualquier opción merece nuestro respeto.
Queremos niños críticos, no niños obedientes que se conviertan en adultos sumisos.
Además, cuando los límites cumplen sus funciones,los niños responden ante ellos con gran naturalidad y respeto, aceptándolos sin problemas. Si un niño se revela constantemente ante un límite concreto podremos pensar varias cosas:
1- Que el límite no está bien definido o no es adecuado a su etapa o no cumple sus funciones.
2- Que el adulto está utilizando los límites como medio de control y presión.
3- Que está impuesto verticalmente y no respeta la naturaleza del niño. No permite su sana evolución.
4- Que el niño, manifiesta algún tipo de carencia o conflicto que debemos atender, y dejar de centrarnos en el cumplimiento del límite en sí.

1 comentario:

  1. Aquí os dejo un enlace sobre el tema de la (des)obediencia, que viene al hilo de lo que se comenta y lo que hemos hablado en ocasiones.

    http://criarencontravia.blogspot.com/2010/10/criar-para-la-desobediencia.html

    Salud

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