viernes, 24 de agosto de 2012

LO QUE APRENDÍ...



Yo aprendí a mirar con ojos de niña; pero no sólo con ojos inocentes, sino con ojos sabios.
Aprendí que en mi casa, no hay "pequeños monstruos", ni tiranos, ni manipuladores. Hay personas de distinto tamaño, pero de pleno derecho.
Aprendí, pues, a agacharme para hablarles, para entenderles, para ayudarles.
Aprendí a mirar la vida desde otra altura.

Aprendí también a confiar: en la naturaleza, en los seres humanos, en mis hijas, pero también en mi instinto como madre y en mi sentido común.

Aprendí a QUERER con mayúsculas, a entregarme sin esperas, a ser paciente, a no ofenderme ante los gritos, a no creer en la autoridad impuesta.

Aprendí que alimentarse bien no es comer mucho, ni poco; es disfrutar, compartir, reir, experimentar, tocar, mancharse y creer en los instintos. Aprendí a no decir nunca: "un poquito más" para llenar mi orgullo y sus barrigas.

Aprendí que moverse y explorar son necesidades, no niños inquietos. Que reirse y gritar a veces, es una forma saludable de expresión y no, algo propio de niños "mal educados".
Que querer brazos es una forma de supervivencia y no un capricho. Y que, de todas formas, un capricho de vez en cuando, pues no está nada mal.

Aprendí que JUGAR NO ES UN JUEGO. Que el juego es su forma de vivir, de ser,de expresar, de aprender y que no tengo ningún derecho a interrumpirlo. Aprendí que es mejor dar oportunidad de juego, que dar juguetes.

Aprendí que, en muchas ocasiones, la mejor medicina es una abrazo, un beso o una caricia. Que estar juntos, pegados, cuerpo a cuerpo, sana cualquier dolor interior. Que si soy una madre feliz, segura y confiada, le daré unas buenas raíces a mis hijas. Y que, si confío en ellas, les daré alas para volar muy alto.

También aprendí a callar muchos "NO" y a decir más "SI"; a no anticiparme, a no dar todas las respuestas, a no inmiscuirme en sus cosas y a acompañarlas en su resolución.

Aprendí a esperar: a esperar a que estuvieran preparadas, a que fueran ellas las que pidieran ayuda, a no atarles los cordones aunque tuviera prisa...
Entendí que su tiempo no es mi tiempo. Y que no hay más tiempo que el AHORA. En eso, también son sabias, así que aprendí a sonreir ante los retrasos y las prisas impuestas.

Aprendí que lo suyo es suyo y no soy quién para obligar a COMPARTIR. Que compartir debe ser un placer y no una obligación. Es más, aprendí, que no soy quién para obligar a NADA.

Aprendí que mis hijas entienden mejor, mi imagen en un espejo, que miles de palabras flotando en el aire. Por eso, suprimí los sermones y la palabrería y aprendí a ACOMPAÑAR.

Aprendí que mi hogar es también su hogar y que tienen derecho a disfrutarlo plenamente, a su antojo; que mi deber es prepararlo y adecuarlo para que se sientan libres y autónomas en su propia casa.
Que las normas no se imponen, ni van seguidas de castigos. Que todos juntos colaboramos para vivir mejor, respetando unos límites naturales. Y que, los límites, no son sólo para los niños.

Aprendí que las rabietas no son características de una etapa de los niños, que yo aún sigo teniéndolas. Las rabietas las provocamos los adultos, las frustraciones o un entorno controlador y abusivo.

Aprendí que se puede educar sin castigar, que a veces soy más burra que arriero y que los castigos no son más que una muestra de falta de recursos; no es el "niño el que no tiene remedio" sino el " adulto el que no tiene solución".

Aprendí el valor del silencio, de la espera, de la observación.
Aprendí a acompañar sin manipular, motivar ni acelerar procesos.
Aprendí a ACEPTAR que las cosas están bien, aunque no se hagan a mi manera. Y que, mi manera, no es la mejor forma de hacer las cosas.

Aprendí a sostener el llanto, a consolar, a permitir su expresión y también a llorar juntas.

Aprendí a ser madre y niña de nuevo. A mirar la vida desde arriba y desde abajo, a entender que no siempre puedo entenderlo todo.

Aprendí tantas cosas, que siento que ahora, tengo que seguir aprendiendo...y seguir mirando la vida con ojos sabios de niña.

2 comentarios:

  1. que bueno!!buenissimo post amiga querida!
    lo voy a imprimir y colgar en la cocina, enfrente al sitio donde desayuno, para leerlo cada mañana.
    gracias

    ResponderEliminar
  2. QUE MARAVILLA PRIMA, NO DEJES....DE ENSEÑARME, GRACIAS!
    LORENA

    ResponderEliminar