miércoles, 7 de agosto de 2013

QUÉ HACEN NUESTROS HIJOS CUANDO NOSOTROS TRABAJAMOS

Esta entrada también podría haberse titulado  "o el absurdo de nuestros días".
La mayoría de los adultos se levantan siempre a la misma hora, van a trabajar, pasan la mayor parte de las horas del día con personas que no son parte de su familia, por lo general, haciendo algo que no les gusta demasiado ( algunos tenemos la suerte de que sí), o no consideran bien pagada su labor o el horario es insufrible...en definitiva, malgastan horas, días, meses y años de su vida trabajando. Llegamos a casa tan cansados que a penas tenemos ganas de sonreír a aquellos que en realidad nos alegran la vida. Pero todos nos dicen: "aguanta", "eso es lo que hay", "así es la vida"...y muchos, terminan creyéndolo; tanto es así que se acostumbran a que su vida sea una carrera de fondo, donde las ilusiones y proyectos se reducen a 2 días a la semana o un mes al año. El lunes, deseamos que sea Martes, el Martes, que sea Miércoles....el jueves, que ya queda menos para el viernes y el viernes...que por fin es SÁBADO!!! Y así, vuelta a empezar.
Mientras tanto nos hacen creer que vivimos. Muchos, encuentran pareja y les llega el momento de querer ser madres/ padres. Y tienen hij@s.
Y a partir de ahí, la vida empieza a verse con otros ojos. En algunos casos, la familia, se plantea un cambio. Sienten la necesidad de reorganizarse para poder estar con los hijos y criarlos. Los que pueden, se piden la reducción de jornada o prescinden de un sueldo durante una temporada. Pero, esto, no es lo habitual. Lo más común, es que se nos diga que a los 4 meses después de haber parido o adoptado, ya debemos incorporarnos al trabajo y que todo debe ser como antes. Y de nuevo, la misma canción: "aguanta", "es lo que hay", "no se puede hacer nada"....y aunque sentimos que algo va mal, agachamos la cabeza y seguimos el ritmo que nos imponen. Y tras nosotros van nuestros hijos e hijas, que sin remedio, se ven inmersos en esta absurda vorágine de idas y venidas, de horarios tiránicos y de desamparo.
Os habéis planteado alguna vez, ¿qué es de vuestros hijos cuando no están con vosotros de forma continuada?
Sé que este es un tema delicado, que tocará la conciencia de muchos y que para no sentirse culpables ni responsables, criticarán mis palabras o mirarán para otro lado. Es lógico, es doloroso y más sabiendo que muchas familias están pasando situaciones muy duras.
Quisiera aclarar que no es mi intención criticar a los padres y madres, sino al sistema y a nuestra falta de rebeldía hacia él.

No cabe duda que los padres y madres, pretenden dejar a sus hijos en buenas manos cuando ellos no pueden estar, pero yo no me refiero a cómo están o con quién ( eso daría para otro post), sino a qué pasa por sus cabecitas y sus corazones. Cuando no estamos, ellos también se levantan, a veces de buen humor, otras no, a veces, estarán asustados por un mal sueño o necesitarán un abrazo. Desayunan, se visten, comen ( muchas veces podemos controlar qué comen, pero no, qué ambiente reina a la hora de las comidas), juegan, se pelean, se caen, aprenden cosas nuevas, alcanzan logros, descubren, se ilusionan,se ríen....pero nosotros no estamos. Se preguntan cosas cada día...Cómo se sienten cuando tienen un problema y no están nuestros brazos para ampararlos. Cuantas palabras quedarán acalladas, cuantas ideas no escuchadas, cuantos sentimientos no acompañados, cuántos momentos perdidos, cuantos nuevos logros no compartidos con nosotros. Qué esquemas mentales están desarrollando sobre la vida, la responsabilidad, el cuidado y la protección. Que ideas estarán construyendo sobre la familia, sobre nosotros, sobre su entorno, sobre el mundo....qué piensan cuando nos ven tristes, cansados dentro de nuestras monótonas vidas. ¿Qué ejemplo les estamos dando?. ¿Es eso lo que queremos que ellos hagan?.
"Mamá, ¿porqué tienes que irte otra vez?, siempre tardas demasiado en volver, quiero estar contigo..."son frases que nos acompañan en nuestros días y a ellos, que sufren nuestras ausencias y que se crían sin sus padres. Que nadie diga que es lo que hay, porque podemos cambiar las cosas. Desde ahora. Desde tu conciencia, y la mía, y la de todos. Desde el momento en que recuperemos el valor de la familia y de los niños como pilar básico para la sociedad. No se trata de no trabajar, se trata de poder vivir, aunque trabajemos. Se trata de no renunciar a una cosa o la otra, sino a que podamos conciliar.
Luchemos para que adapten los lugares de trabajo y los niños puedan acompañarnos si queremos. Reivindiquemos  horarios justos para la conciliación familiar, pidamos más ayudas, fomentemos el trabajo creativo y desde casa, dejemos de decir " es lo que hay" y empecemos a decir BASTA!!
Hagamos algo, por la conciliación familiar YA!!

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